Existe una cárcel en México que se llama Santa Martha Acatitla, es un reclusorio femenil donde hay miles de mujeres internadas por diversos delitos, que van desde el robo, secuestro, narcotráfico, homicidio y cualquier otro delito que merece ser penado con la perdida de la libertad.
Aquí las internas tienen la posibilidad de tener a sus hijos a su lado, un derecho que resulta casi natural para cualquier madre, los niños, solo que hayan nacido durante la condena de la madre, conviven en este reclusorio hasta que cumplen la edad de 6 años, y a partir de ahí, la madre del niño si no ha cumplido su sentencia continua presa y su hijo es entregado a un tutor legal (padre, abuelos, hermanos, etc.) o incluso a un hogar adoptivo para que inicie sus estudios de primaria.
Este pedazo de blog les muestra una colección de imágenes de lo que es crecer en prisión, cerca del cobijo de la madre, pero sin conocer el mundo, exterior, pagando condena por culpas ajenas aun sin deber nada a la sociedad.
Existen alrededor de 50 niños en el interior de la cárcel.
En el area “H” esta mujer vive con su hijo de 18 meses.
Los adultos también toman clases dentro de una escuela en el interior del reclusorio, las tensiones aumentan cuando los niños no están cerca.
La mirada de la mujer lo dice todo, la tensión esta al máximo, los niños son usados como una medida de autocontrol.
Lucía tiene 23 años, tiene una condena de 25 años bajo cargos de secuestro, su hijo Mario nació durante su condena, pero ha estado cerca de perderlo por mal comportamiento de su parte y abuso de alcohol por su compañera de celda.
El pequeño Mario devora con la mirada curiosa el mundo que no conoce, su madre vive con el temor de saber que a los 6 años Mario tendrá que irse.
Carlos es dejado en la celda de su madre, al cuidado de su compañera de celda mientras ella trabaja en comedor, Carlos nunca a estado fuera de la prisión.
Las internas escuchan instrucciones en el salón de clases para la celebración de una fiesta de cumpleaños de un niño. Se dividen entre ellas por grupos, lo que les brinda cierto apoyo y protección.
Internas que antes eran heterosexuales, por falta de compañía, dentro del reclusorio ya no lo son, la homosexualidad es algo común.
Ellos no conocen el exterior, cuando cumplan 6 años serán egresados del reclusorio para estar con algún familiar o ser adoptados, su madre permanecerá presa. La separación es inevitable, las madres lo saben e intentan estar preparadas, ellos, los que miran con curiosidad hacia la calle, no están preparados y ni siquiera saben que tendrán que dejar atrás el único mundo que conocen y a su madre.
Ella mira a por la venta y en los patios del reclusorio observa a los hijos de otras internas jugar entre ellos, añora a su hijo que vive con su abuela, pero su hijo no nació dentro del sistema penitenciario, no puede vivir en prisión con su madre.
¿Es justo?, ¿es cruel?, ¿es inhumano?, ¿es necesarios por el bien común?, ¿hasta donde una madre puede estar con su hijo para después perderlo?, ¿hasta donde los hijos pagaran delitos que no cometieron?, no por estar presos con madre, su condena debe empezar el día que son separados, y quizás nunca vuelvan a ver a su madre.
Original: The GobalPost