Para la madre enferma

En nuestro país es muy común ver por las esquinas gente pidiendo limosna, las llamadas “Marías” que con un niño en brazos (más bien en la espalda) piden limosna en cambio de luz de los semáforos, los jóvenes que hacen malabares con fuego, los ciegos que acompañados de su bastón (y reloj digital) piden una “ayuda” y también se ve a la gente que con una receta en la mano pide dinero para comprar la medicina muy cara para su hijo/madre/esposo o cualquiera familiar de importancia (nadie pide para los primos o sobrinos).

Pero cuando la venerable anciana pide dinero para comprar un medicamento “muy fuerte” para su mamá que “ya está muy mayor” y te enseña la caja del medicamento en cuestión, pues te das cuenta de la gravedad del paciente.

Porque si la mamá que “ya está muy mayor” necesita comprar LEVITRA,  medicamento para la disfunción eréctil, la necesidad de paciente ya está muy cabrona.

La abuela anda urgida. Aunque más bien debería pedirlo para su padre, pero luego no vaya a ser que el viejillo ande de libidinoso con otras suripantas, mejor que la abuela se lo ponga en la comida.

Visto en: HECF